¡2 Gb de correo!

Antes de abandonar la institución donde he pasado desde el 2001 hasta el 31 de julio, me llevé una copia del directorio (aún me resulta chocante llamar carpetas a los directorios) de correo de Thunderbird. Me resultó un poco raro que el proceso de comprimirla demorase tanto, y al concluir me encuentro con que pesaba 2.3 Gb.
Ahí está el correo de mis dos direcciones: la de yahoo, que descargaba por POP3 y tuve que dejar de utilizar hace unos tres años cuando me quitaron la conexión directa a internet, y la oficial de mi centro de trabajo.
Solo de yahoo hay un gigabyte de correos. No solo eso, también tengo mensajes guardados de antiguas listas de discusión, como la de usuarios de Linux de Cuba, con referencias, respuestas y consejos, probablemente de principios de este siglo, que se dice fácil. Quizás alguien que lea esto haya nacido después de que esos correos fuesen escritos. O mientras, quién sabe.
Mirar esa tonelada de información me hace pensar en cómo ha pasado el tiempo y la vida. Hay mensajes ahí de amigos que ya han muerto. Ver los correos de Blanco, mi "padre adoptivo en el software libre" me trae recuerdos de mi primer habano, fumado en su compañía, y largas conversaciones acerca de Linux. No encuentro uno de José Antonio, pero quizás lo haya, y eso me recuerda su permanente bolsillo vacío, pero el infaltable ron y los cigarros, y sus planes de escribir una novela de Elymuria con Brisa como protagonista. Un día murió y nunca supe cómo, solo que ya no vendría más a mi casa a pedir libros prestados.
Hay mensajes de otro yo: un yo más joven que ni siquiera recuerdo. En total, 17 años (más o menos), un período de mi vida en que tuve la oportunidad de crecer, hasta que, como suele suceder fuera de la capital y en todas las instituciones gubernamentales, el estancamiento tecnológico se volvió la norma. He sido testigo de muchas cosas y no solo en el campo de la tecnología. El acceso a internet me permitió entrar en conctacto con muchísima gente, personas que olvidé y que me olvidaron, pero que quedaron en ese inmenso archivo.
Como diría Roy Batty en Blade Runner: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais". Y estos correos me recuerdan esas cosas. Son como una imagen hecha con palabras de una porción de ese período de mi vida, una imagen que abarca 17 años, que deja fuera mucho, pero que representa una importante parte de mí.
Me pregunto dónde estaré dentro de otro par de décadas.

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