Fallout, la serie
Una vez aclarado esto, vayamos al tajo. La serie basada en la saga Fallout tal vez no se gane un Oscar (o lo que sea), pero es una digna adaptación. Tal parece que todas las buenas series de los últimos tiempos son basadas en videojuegos. Ya desde los primeros segundos del primer capítulo sentí un pelín de emoción: ¡estoy viendo una serie de Fallout! ¡Y encima, se ve y se siente tan… Fallout! No hay destrozos al lore, no hay guionistas mediocres tomándose libertades indebidas y pasándose el contenido original por el forro de los cojones. Solo humor negro y gente destripada, como debe ser. ¡Es el Yermo, carajo, se supone que esté lleno de gente mentirosa, traicionera, criminal, e hijos de puta de toda clase!
Tengo una hipótesis al respecto, quizás sea un disparate, pero quizás no ande muy desencaminada. Al ser las franquicias de videojuegos adaptados a la TV propiedad de empresas que facturan cientos de millones, los estudios no pueden simplemente tratarlos como hacen con los autores de novelas exitosas. No pueden arrojarles un cheque de un mísero milloncejo, violarse el contenido original y esperar que los autores se lo agradezcan, o que al menos, se queden en silencio ante el desmadre perpetrado por guionistas que a veces ni siquiera respetan la obra que sirve de base a su trabajo.
La serie ha logrado ampliar el lore con detalles interesantes que se ajustan a lo que cabría esperar del universo Fallout, que no mencionaré para no spoilear. Se aprecia también un cuidado en la escenografía y vestuario, el guión tiene ese humor negro del que les hablaba, que podría ser predecible en ocasiones, al menos para mí, pero es que en esas ocasiones he tenido que admitir que eso era justamente lo que correspondía. O por lo menos, yo también lo hubiese escrito así.
Habrá que esperar próximas temporadas a ver si no la cagan. Que haya un buen equipo a cargo no es garantía de nada, eso ya lo sabemos.
Siempre supervisa!
Esta semana hemos aprendido a las malas por qué es importante supervisar todo el código que entra al proyecto, al menos hasta garantizar que el desarrollador sabe lo que hace. Un tiempo atrás, alguien nos pidió entrar al proyecto y apoyar, como voluntario. Decía tener 30 años como programador, y empezaría con cosas sencillas y mayormente, haciendo testeo. De testeo hubo poco, casi de inmediato se sentó a estudiar el código ya criticar cosas. No le gustaban los for, prefería los while. No le gustaba que las variables se inicializaran dentro del for, aunque era más legible así. No le gustaban los diccionarios. Se le asignó la tarea, relativamente simple, de ampliar el sistema de configuración de juego.
Para hacer el cuento corto: escribió cientos de líneas, solo la mitad de ellas de código. El resto eran comentarios y notas. A pesar de los cientos de líneas de comentarios, su código es un picadillo de funciones con nombres crípticos casi imposible de seguir. Movió una buena parte de la funcionalidad de configuración a otro script, sin necesidad ninguna. Agregó opciones tan esotéricas del motor que nadie sabe realmente qué hacen, en vez de escoger las opciones más representativas y proporcionar niveles (Bajo, Normal, Alto) que engloben esas opciones esotéricas de forma más legible.
Y lo peor, en el momento que más lo necesitamos, hemos encontrado que no funciona bien. El juego ni siquiera configura el idioma adecuadamente, algo que ha afectado las pruebas externas. En fin, que toca reimplementar todo desde cero, porque todo ese código regado por diferentes lugares es imposible de revertir.
Así que ya saben. Siempre supervisa!