Ya sé que este juego es historia antigua, pero en los últimos tiempos se me está haciendo difícil conseguir los juegos grandes, porque no tengo un disco externo para copiarlos. Así que lo normal es que los deje pasar, con tal de no caer en casa de un amigo y robarle media hora o más de su tiempo. En este caso, también me preocupaba que mis 4Gb de RAM no fuesen suficientes.
Si bien Dragon Age 2 fue un poco decepcionante, uno siempre tiene la esperanza de que Bioware se ponga las pilas y levante. También depende mucho del punto de vista del jugador, así que no me atreveré a decir cuál de los dos es mejor. Mi experiencia con Inquisition fue más bien regular. La mecánica de juego ha sido retocada, pues ya sabemos que es caquita sacar un juego idéntico al anterior, aunque la mecánica sea de 5 estrellas. Por suerte, no ha sido retorcida lo suficiente como para hacerla odiosa y se aprecian las buenas ideas heredadas desde Origins. Lo malo es que en esta ocasión tendremos algunas habilidades adicionales que sobrepasan las 10, así que en algún momento tendremos que sacrificar algunas en favor de otras.
Hay detalles de diseño que no comparto, como ese sistema de progresión aparte del sistema tradicional de niveles, que son los Inquisition Perks. Pero bueno, es decisión de ellos y no mía. Se agradece que el sistema de fabricación de objetos no tenga ninguna innovación rara, aquí vamos al directo: recoges ingredientes por ahí (y necesitarás muchísimos) y cada uno proporciona bonificaciones de acuerdo al slot donde los pongas, lo cual permite diferentes variaciones de un mismo tipo de ítem.
La historia no es nada del otro mundo, parece que el grupo de guionistas estelares se los quedó el equipo de Mass Effect y, como el cepillo de dientes, no los prestan a nadie. No llega al punto de ser aburrida y tiene sus puntos épicos gracias al buen manejo de las cinemáticas intermedias, que son las justas y necesarias. Pero ya les digo, a veces juego por el simple hecho de hacer experiencia y niveles, y lo que está sucediendo a mi alrededor me importa un comino. Si de paso estoy salvando tu pueblo de una invasión de templarios rojos, pues bien tío, me alegro por ti.
Dragon Age: Inquisition estrena nuevo motor: Frostbite. Mi hardware no es excepcional (daría mi reino por una tarjeta de video decente, pero como no tengo reino, estoy jodido), así que poco puedo decir acerca de la calidad, pero hasta donde puedo ver, el modelado es bueno, con excelentes texturas. Bioware siempre ha podido presumir de buenos artistas 3D. No sé si será mi escasa RAM, pero los tiempos de carga de los escenarios dan para tomarse una siesta. Eso sí, hay que reconocer que son enormes y algunos de ellos te harán caminar durante horas, no por grandes, sino por complicados.
No suelo puntuar los juegos, como ya dije, es algo muy subjetivo. Prefiero decir que este juego me ha gustado, aunque sin llegar al nivel del Witcher 2 o 3. Eso sí, no deberías dejar de probarlo si aún no lo has hecho, porque buenos RPG salen muy pocos cada año y DA: Inquisition es un buen RPG.
Si bien Dragon Age 2 fue un poco decepcionante, uno siempre tiene la esperanza de que Bioware se ponga las pilas y levante. También depende mucho del punto de vista del jugador, así que no me atreveré a decir cuál de los dos es mejor. Mi experiencia con Inquisition fue más bien regular. La mecánica de juego ha sido retocada, pues ya sabemos que es caquita sacar un juego idéntico al anterior, aunque la mecánica sea de 5 estrellas. Por suerte, no ha sido retorcida lo suficiente como para hacerla odiosa y se aprecian las buenas ideas heredadas desde Origins. Lo malo es que en esta ocasión tendremos algunas habilidades adicionales que sobrepasan las 10, así que en algún momento tendremos que sacrificar algunas en favor de otras.
Hay detalles de diseño que no comparto, como ese sistema de progresión aparte del sistema tradicional de niveles, que son los Inquisition Perks. Pero bueno, es decisión de ellos y no mía. Se agradece que el sistema de fabricación de objetos no tenga ninguna innovación rara, aquí vamos al directo: recoges ingredientes por ahí (y necesitarás muchísimos) y cada uno proporciona bonificaciones de acuerdo al slot donde los pongas, lo cual permite diferentes variaciones de un mismo tipo de ítem.
La historia no es nada del otro mundo, parece que el grupo de guionistas estelares se los quedó el equipo de Mass Effect y, como el cepillo de dientes, no los prestan a nadie. No llega al punto de ser aburrida y tiene sus puntos épicos gracias al buen manejo de las cinemáticas intermedias, que son las justas y necesarias. Pero ya les digo, a veces juego por el simple hecho de hacer experiencia y niveles, y lo que está sucediendo a mi alrededor me importa un comino. Si de paso estoy salvando tu pueblo de una invasión de templarios rojos, pues bien tío, me alegro por ti.
Dragon Age: Inquisition estrena nuevo motor: Frostbite. Mi hardware no es excepcional (daría mi reino por una tarjeta de video decente, pero como no tengo reino, estoy jodido), así que poco puedo decir acerca de la calidad, pero hasta donde puedo ver, el modelado es bueno, con excelentes texturas. Bioware siempre ha podido presumir de buenos artistas 3D. No sé si será mi escasa RAM, pero los tiempos de carga de los escenarios dan para tomarse una siesta. Eso sí, hay que reconocer que son enormes y algunos de ellos te harán caminar durante horas, no por grandes, sino por complicados.
No suelo puntuar los juegos, como ya dije, es algo muy subjetivo. Prefiero decir que este juego me ha gustado, aunque sin llegar al nivel del Witcher 2 o 3. Eso sí, no deberías dejar de probarlo si aún no lo has hecho, porque buenos RPG salen muy pocos cada año y DA: Inquisition es un buen RPG.
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