Atención, Dragon Age: Origins es un juego adictivo. En estas vacaciones me resulta odioso salir de casa, porque tengo que dejar de jugarlo. Aunque en el apartado de la trama no llega al Mass Effect, hay que reconocerlo. Justo ahora estoy en medio de una caída de interés, uno de esos puntos en que no sabes para dónde coger porque la continuación de la historia depende de encontrarle la quinta pata al gato. En Mass Effect sabías en todo momento cuál sería el próximo paso y la falta de misterio se compensaba en cierto modo con el sentido de la urgencia. No estabas investigando, sabías exactamente qué pasaba e ibas contrarreloj.
No se me da muy bien eso de sugerir estrategias o dar consejos, así que solo tengo dos para darles: lleven siempre un pícaro y dos magos, uno de ellos para curar. El segundo consejo no sé si será muy acertado, pero escojan un equipo desde el principio y usen solo ese.
No se me da muy bien eso de sugerir estrategias o dar consejos, así que solo tengo dos para darles: lleven siempre un pícaro y dos magos, uno de ellos para curar. El segundo consejo no sé si será muy acertado, pero escojan un equipo desde el principio y usen solo ese.
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