Aún faltan 20 días y Ouya ha recaudado 5 millones. Un día sí y otro no nos caen noticias. El proyecto no está exento de polémica, cualquiera diría que una consola un poco más abierta que lo habitual, con juegos gratis y basada en Android sería muy bien recibida entre los jugadores y los linuxeros. En especial estos últimos. Sin embargo, son los últimos los que más fuerte se quejan. Resulta que para los puristas, radicales, o extremistas, como quiera que los llaméis, Android no es Linux, o no es lo suficientemente Linux, o consume muchos recursos, o vaya a usted a saber. La cuestión es que hay mucha inquina hacia Android y no falta quien sugiere alguna distro como Ubuntu para mover la nueva consola.
Un detalle que levanta polémica es el uso de Tegra 3, un SoC para dispositivos móviles, que podría no tener la potencia necesaria para manejar gráficos de calidad a 1080p. Yo pregunto, al igual que el borracho que orinó al gato:
¿que querías, whisky? Estamos hablando de un aparato que costará $99 y al que podrás engancharle tu propio periférico casero, o programarle juegos y venderlos sin tener que pagarle a Sony con los dos ojos de la cara. A ver si acabamos de darnos cuenta que Ouya no es para competir con los tres grandes, ni en hardware, ni en ventas.
Muy agresiva que está la gente, sí señor, y la verdad es que no veo razón para tanto despotrique desaforado.
Muy agresiva que está la gente, sí señor, y la verdad es que no veo razón para tanto despotrique desaforado.
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