Ya mencioné hace un tiempo que el nacimiento del F-35 ha sido bastante complicado. El nuevo caza de los norteamericanos, que pretende cubrir tres roles muy diferentes al mismo tiempo, parece que no será bueno en ninguno de ellos.
Pero resulta que las cosas tampoco van bien para el T-50, el proyecto de avión de 5ta generación ruso. En este caso, las primeras críticas, no muy fundadas y más bien suposiciones hechas a ojo de buen cubero, eran que tal vez el nuevo Sujoi no fuera tan maniobrable como se dice. El fundamento de esta aseveración está enq ue hasta ahora no se ha visto al T-50 hacer lo que ya el Su-35 hace con sus toberas vectoriales.
Sin embargo, el gran golpe, o más bien la puñalada trapera, ha llegado de los socios indios. El proyecto T-50 contempla la creación de dos aviones: unopara la Fuerza Aérea rusa y otro para los hindúes, con capacidad para muchos más armamentos y un poco más complejo. El segundo modelo aún no se ha construido, pero ya algunos oficiales indios se han apresurado a criticarlo debido a sus motores, que consideran viejos y sin potencia, el radar insuficiente y una pobre fabricación del fuselaje. Los dos primeros detalles se han justificado diciendo que los motores actuales solo son temporales, mientras se diseña uno nuevo, al igual que el radar. En cambio, la deficiente fabricación sí parece ser un asunto peliagudo, pues incluso los prototipos rusos ya sufren de un mal control de calidad.
Habría que ver cuánto de cierto hay en estas acusaciones, pero supongo que eso no lo sabremos por ahora. El caso es que la quinta generación de cazas ha tenido una corta y azarosa vida.
Pero resulta que las cosas tampoco van bien para el T-50, el proyecto de avión de 5ta generación ruso. En este caso, las primeras críticas, no muy fundadas y más bien suposiciones hechas a ojo de buen cubero, eran que tal vez el nuevo Sujoi no fuera tan maniobrable como se dice. El fundamento de esta aseveración está enq ue hasta ahora no se ha visto al T-50 hacer lo que ya el Su-35 hace con sus toberas vectoriales.
Sin embargo, el gran golpe, o más bien la puñalada trapera, ha llegado de los socios indios. El proyecto T-50 contempla la creación de dos aviones: unopara la Fuerza Aérea rusa y otro para los hindúes, con capacidad para muchos más armamentos y un poco más complejo. El segundo modelo aún no se ha construido, pero ya algunos oficiales indios se han apresurado a criticarlo debido a sus motores, que consideran viejos y sin potencia, el radar insuficiente y una pobre fabricación del fuselaje. Los dos primeros detalles se han justificado diciendo que los motores actuales solo son temporales, mientras se diseña uno nuevo, al igual que el radar. En cambio, la deficiente fabricación sí parece ser un asunto peliagudo, pues incluso los prototipos rusos ya sufren de un mal control de calidad.
Habría que ver cuánto de cierto hay en estas acusaciones, pero supongo que eso no lo sabremos por ahora. El caso es que la quinta generación de cazas ha tenido una corta y azarosa vida.
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