Raising steam, de Sir Terry

Al parecer se me había olvidado lo difícil que es leer a Sir Terry Prattchet en su idioma original, así que decidí no esperar por la traducción oficial al español de Raising steam. No les recomiendo que lo hagan a menos que su inglés sea muy avanzado (que conste que el mío no lo es).
El motor de vapor ha llegado a Ank-Morpork, y con él, el ferrocarril, de la mano del joven inventor Dick Simnel. Nadie mejor que Moist von Lipwig para representar los intereses de la ciudad (o sea, Vetinari) en esta moderna empresa, financiada por Harry El Rey de Río de Oro, que quiere dar a sus negocios un giro hacia una vertiente menos... olorosa. El mundo aún no está listo para el ferrocarril, pero lo habitual es que el mundo no esté listo para nada, por lo que Moist, Simnel y Harry se lanzan a conectar el mundo con vías férreas. Por supuesto que habrá detractores, como siempre, esta vez serán los enanos más fundamentalistas quienes tratarán de impedir el avance del progreso.
Las novelas de Moist von Lipwig son unas de mis favoritas en la saga de Mundodisco, junto a las de la Guardia, les insisto otra vez en que lean El correo (o Cartas en el asunto, su otro título en español, o Going postal, si quieren poner a prueba su inglés) y a pesar de haberme perdido una buena parte de la esencia del texto, no me ha decepcionado. Como siempre, von Lipwig no deja dudas de que es el hombre de las tareas imposibles, y Sir Terry de que es uno de esos autores que se merecen un lugar junto a Shakespeare y Cervantes en esa especiel de Salón de la Fama de la literatura.

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