Parece que a fines de año tendremos otro game jam en la Universidad
de Ciencias Informáticas, que ellos llaman "el Pachamama". Lo había oído
mencionar anteriormente, pero la UCI a veces es un poco cerrada, o solo
se abre para desarrolladores cercanos (radicados en la Habana) o que
han estudiado allí. En esta ocasión es posible que se de cabida a
programadores de todo el país que puedan ir hasta allá.
Mi equipo me ha pedido que asista, pero parece que como viene siendo habitual, tendré que pasar. Las cosas no están como para viajes a la Habana, que suelen costar una fortuna. Una pena, porque quería probar suerte con un roguelike de temática ambientalista, quizás con un druida como personaje principal (se nota la influencia de Kevin Hearne).
Lo interesante de estos eventos, que me estoy perdiendo casi todos, no es que puedas desarrollar o no un juego en dos días, sino que están aglutinando esta naciente comunidad de desarrolladores de videojuegos cubanos, que pese a factores objetivos y subjetivos (términos muy populares entre los directivos de acá, que son más o menos una forma de decir que no se logró pero no fue por culpa nuestra) se empeña en desarrollar videojuegos. Aún con el bloqueo estadounidense en contra, aún con viejos prejuicios en contra, golpeados por la falta de conectividad, aún así no nos resignamos a quedarnos atrás. O simplemente, no nos resignamos a no hacer lo que nos gusta.
Mi equipo me ha pedido que asista, pero parece que como viene siendo habitual, tendré que pasar. Las cosas no están como para viajes a la Habana, que suelen costar una fortuna. Una pena, porque quería probar suerte con un roguelike de temática ambientalista, quizás con un druida como personaje principal (se nota la influencia de Kevin Hearne).
Lo interesante de estos eventos, que me estoy perdiendo casi todos, no es que puedas desarrollar o no un juego en dos días, sino que están aglutinando esta naciente comunidad de desarrolladores de videojuegos cubanos, que pese a factores objetivos y subjetivos (términos muy populares entre los directivos de acá, que son más o menos una forma de decir que no se logró pero no fue por culpa nuestra) se empeña en desarrollar videojuegos. Aún con el bloqueo estadounidense en contra, aún con viejos prejuicios en contra, golpeados por la falta de conectividad, aún así no nos resignamos a quedarnos atrás. O simplemente, no nos resignamos a no hacer lo que nos gusta.
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