Resulta agradable encontrarse de vez en cuando gente con similares intereses, en especial, cuando esos intereses son muy poco comunes. Es como encontrarse otro bicho raro y pensar: "¡vaya, resulta que no iré solo al manicomio!".
La semana pasada tuve la suerte de encontrarme con otro par de aficionados al desarrollo de juegos, que si bien sabemos que ya son legión en la capital (allí cualquier cosa es legión), acá en el oriente del país, en la rebelde, hospitalaria y heroica ciudad de Santiago de Cuba, que resulta ser también primitiva, aletargada e inmovilista, los creadores de videojuegos son una especie rara y poco estudiada. Especie que, a diferencia de otros raros, no suele exhibirse los sábados por la noche en el ilustre Parque Céspedes, especie de zoológico local donde se pueden apreciar las diferentes faunas que puebla la susodicha villa.
Hete aquí que un colega me presentó a un joven modelador interesado en desarollar juegos, que a su veza, me trajo otro, programador, ambos con ciertas habilidades y experiencia en Unity3D. Buenos muchachos, con deseos de meterse en la industria sin exigir salario previo, algo raro en estos tiempos, y sin detenerse a cuestionar si la tarea es muy grande o imposible de realizar.
Es por ello que estoy haciendo todo lo que está a mi alcance por ayudarlos, con documentación y software, amén de invitarlos a participar en el proyecto actual, que aún está en fase de diseño. Invitación que aceptaron encantados, porque les ha gustado la idea, aunque no abandonan su sueño de algún día crear su propio FPS, en el cual espero poder echarles una mano también. En momentos así es que más lamento no ser millonario, para poderles echar una mano con otros detalles más materiales, como por ejemplo resolverles el problema grave que tienen de insuficiente hardware. Pero bueno, así es la vida.
La semana pasada tuve la suerte de encontrarme con otro par de aficionados al desarrollo de juegos, que si bien sabemos que ya son legión en la capital (allí cualquier cosa es legión), acá en el oriente del país, en la rebelde, hospitalaria y heroica ciudad de Santiago de Cuba, que resulta ser también primitiva, aletargada e inmovilista, los creadores de videojuegos son una especie rara y poco estudiada. Especie que, a diferencia de otros raros, no suele exhibirse los sábados por la noche en el ilustre Parque Céspedes, especie de zoológico local donde se pueden apreciar las diferentes faunas que puebla la susodicha villa.
Hete aquí que un colega me presentó a un joven modelador interesado en desarollar juegos, que a su veza, me trajo otro, programador, ambos con ciertas habilidades y experiencia en Unity3D. Buenos muchachos, con deseos de meterse en la industria sin exigir salario previo, algo raro en estos tiempos, y sin detenerse a cuestionar si la tarea es muy grande o imposible de realizar.
Es por ello que estoy haciendo todo lo que está a mi alcance por ayudarlos, con documentación y software, amén de invitarlos a participar en el proyecto actual, que aún está en fase de diseño. Invitación que aceptaron encantados, porque les ha gustado la idea, aunque no abandonan su sueño de algún día crear su propio FPS, en el cual espero poder echarles una mano también. En momentos así es que más lamento no ser millonario, para poderles echar una mano con otros detalles más materiales, como por ejemplo resolverles el problema grave que tienen de insuficiente hardware. Pero bueno, así es la vida.
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