He estado un poco ausente en este mes (y el anterior) por cuestiones de tiempo, derivadas sobre todo de un cambio de trabajo. Luego de unos 17 años, creo que es momento de buscar progreso en otro lugar, así que me voy al vilipendiado y a veces tolerado sector privado. Eso lo convierte en un salto de fe, pero tenía que darse en algún momento.
En los últimos tiempos han llamado mi atención un par de memes acerca de lo viejo que eres, usando como comparativa tecnologías ya obsoletas, como Windows 95, los CDs, el Wolfenstein, etc. Ja, memes conmigo...
Como diría el replicante Roy: he visto cosas que no creerías. He trabajado con MSX y programado en Basic. Evolucioné hacia el MS-DOS, donde usé QuickBasic durante años, y de ahí pasé al Turbo Pascal. Vi nacer la programación orientada a objetos en ese lenguaje, un trabuco infumable que además había que enfrentar sin documentación.
Jugué el Príncipe de Persia original, el Death Track y otros muchos. Tuve la fortuna de ver llegar a esta ciudad el primer kit multimedia: bocinas, lector de CD y tarjeta de audio. En aquel lejano 1996 o 1997, tener algo así se veía tan remoto e imposible como viajar a las estrellas.
Y siempre digo que eso no es nada. Otras muchas tecnologías estuvieron fuera de mi alcance, por haber nacido en el lugar equivocado, por decirlo de alguna forma. No viví la época de clásicos como el Commodore y Amiga (son dos cosas diferentes, creo). Me perdí juegos como Wasteland. En fin, que fue tanto lo que no viví que duele pensarlo.
En los últimos tiempos han llamado mi atención un par de memes acerca de lo viejo que eres, usando como comparativa tecnologías ya obsoletas, como Windows 95, los CDs, el Wolfenstein, etc. Ja, memes conmigo...
Como diría el replicante Roy: he visto cosas que no creerías. He trabajado con MSX y programado en Basic. Evolucioné hacia el MS-DOS, donde usé QuickBasic durante años, y de ahí pasé al Turbo Pascal. Vi nacer la programación orientada a objetos en ese lenguaje, un trabuco infumable que además había que enfrentar sin documentación.
Jugué el Príncipe de Persia original, el Death Track y otros muchos. Tuve la fortuna de ver llegar a esta ciudad el primer kit multimedia: bocinas, lector de CD y tarjeta de audio. En aquel lejano 1996 o 1997, tener algo así se veía tan remoto e imposible como viajar a las estrellas.
Y siempre digo que eso no es nada. Otras muchas tecnologías estuvieron fuera de mi alcance, por haber nacido en el lugar equivocado, por decirlo de alguna forma. No viví la época de clásicos como el Commodore y Amiga (son dos cosas diferentes, creo). Me perdí juegos como Wasteland. En fin, que fue tanto lo que no viví que duele pensarlo.
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