Con apenas cinco días de lanzado, La Pira ha alcanzado las 10 mil descargas y sigue subiendo. No tengo datos de las ventas reales, porque el juego se distribuye gratis con utiliza micropagos y ConWiro no ha revelado cifras de ingresos aún. Sin embargo, es lo más cercano a una historia de éxito entre los juegos cubanos.
Eso no quiere decir que el desarrollo de juegos se haya vuelto fácil de repente en nuestro país. Para nada. Simplemente hemos cambiado el nivel de dificultad de Very hard, con permadeath incluida, a Difícil. Los enemigos siguen haciendo el doble de daño con el doble de vida. Pero es, si no una luz al final del túnel, al menos una velita.
A diferencia de la "industria" editorial cubana, que se desliza apaciblemente hacia su muerte, el mercado de los videojuegos es el coto de caza de gente joven, o por lo menos, gente altamente calificada y que se mantiene al día con las últimas tecnologías. Hay otra mentalidad, que empuja a hacer más con lo poco que hay y obliga a cambiar a un país cuya consigna es el no cambio.
El mérito de ConWiro, o Nameless Studio, que es otro protagonista de una historia de éxito, ha sido abrir camino para los demás, en un mercado que históricamente ha accedido a los juegos gratis se rehúsa a pagar por juegos. Ahora hace falta que otros empiecen a ver los videojuegos como un negocio viable y no como un hobby del cual puedo sacar unos centavos, pero si no, pues no importa. Hay que pensar en rentabilidad. Hay que pensar "voy a dedicarme a esto para vivir".
El próximo paso natural, que creo demorará un poco, es una tienda de juegos para PC. Eso probablemente marque el inicio de una industria como tal del videojuego en Cuba. Incluso ya no parece tan loco pensar en un MMORPG cubano. Estas cosas requieren de más conectividad y mejor infrastructura para soportar e-commerce (sí, podía haber dicho comercio electrónico pero así suena más chulo). No nos queda otra que esperar y de momento, ir probando los límites.
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