Ha sido una semana bastante agitada, por la Feria del Libro en la ciudad. Esta vez estaba invitado Yoss, así que luego de un año pudimos encontrarnos otra vez. Parece que nos vemos de Feria en Feria, aunque esta vez se romperá el ciclo, porque tenemos previsto otro encuentro en la Habana el mes próximo.
Unos días caóticos, pero bastante fructíferos. Yoss me trajo la documentación para iniciarnos en los juegos de rol, en concreto mucho D&D, y un montón de dados exóticos, que son completamente imposibles de encontrar en Cuba. Conversamos acerca de la novela, revisó mi último cuento (un poco mejor que el anterior, que ha resultado ser un experimento fracasado y publicado un poco antes de tiempo) y discutimos algunos detalles de la publicación. Al parecer, voy a necesitar un ilustrador, todo apunta que saldría el año próximo y si me pongo de suerte podría tocarme una editora bastante detallista (que debería conocerla cuando vaya a la capital). No alcanzó el tiempo para la introducción al rol que esperábamos, pero con la documentación nos arreglaremos por ahora.
Poco que decir de la Feria, casi ningún libro que valiera la pena comprar, aunque con visitantes de lujo como Daniel Chavarría y montones de premios para personalidades de la literatura. Me resulta interesante ver un resurgimiento del comic, casi siempre ausente, por lo general orientado a niños y con algunas temáticas rayando en lo absurdo o ridículo, como uno que agrupa en el villano todos los atributos de los super-héroes norteamericanos: el traje de Batman, con la S de Superman y el martillo de Thor (así mismo), mientras el héroe es un güije, una especie de duende de origen africano que habita en los ríos. En fin... que puede que incluso la historia sea interesante, pero alguien debió haberle dicho al autor que ya es perfectamente legal ver pelis de Superman en Cuba y que la Guerra Fría terminó hace un par de décadas.
Ahora solo queda esperar que el sobrante llegue a las librerías y revisar qué perla se ha escapado de la furia consumista que dura media semana, proque después nadie compra un libro en esta ciudad ni por casualidad.
Unos días caóticos, pero bastante fructíferos. Yoss me trajo la documentación para iniciarnos en los juegos de rol, en concreto mucho D&D, y un montón de dados exóticos, que son completamente imposibles de encontrar en Cuba. Conversamos acerca de la novela, revisó mi último cuento (un poco mejor que el anterior, que ha resultado ser un experimento fracasado y publicado un poco antes de tiempo) y discutimos algunos detalles de la publicación. Al parecer, voy a necesitar un ilustrador, todo apunta que saldría el año próximo y si me pongo de suerte podría tocarme una editora bastante detallista (que debería conocerla cuando vaya a la capital). No alcanzó el tiempo para la introducción al rol que esperábamos, pero con la documentación nos arreglaremos por ahora.
Poco que decir de la Feria, casi ningún libro que valiera la pena comprar, aunque con visitantes de lujo como Daniel Chavarría y montones de premios para personalidades de la literatura. Me resulta interesante ver un resurgimiento del comic, casi siempre ausente, por lo general orientado a niños y con algunas temáticas rayando en lo absurdo o ridículo, como uno que agrupa en el villano todos los atributos de los super-héroes norteamericanos: el traje de Batman, con la S de Superman y el martillo de Thor (así mismo), mientras el héroe es un güije, una especie de duende de origen africano que habita en los ríos. En fin... que puede que incluso la historia sea interesante, pero alguien debió haberle dicho al autor que ya es perfectamente legal ver pelis de Superman en Cuba y que la Guerra Fría terminó hace un par de décadas.
Ahora solo queda esperar que el sobrante llegue a las librerías y revisar qué perla se ha escapado de la furia consumista que dura media semana, proque después nadie compra un libro en esta ciudad ni por casualidad.
Comentarios
Publicar un comentario