Probando un mando de Xbox 360

Siempre he sido un jugador de teclado y mouse, excepto los simuladores de vuelo, para los que tengo un joystick. Acá en Cuba los joysticks no se ven mucho, nadie los usa. Tampoco es que los jugadores de PC usen mucho los mandos, aún cuando además tengan la suerte de ser dueños de una consola.
Mis experiencias con consolas son pocas y breves, creo haberlo mencionado antes. Y soy de la opinión de que es muy difícil emular la versatilidad de la combinación teclado/mouse. Sin embargo, tenía pendiente dedicarle tiempo a los mandos, para saber de primera mano acerca de cómo implementar su uso en mis propios proyectos.
Ayer me prestaron al fin un mando de Xbox 360. Nuevo de paquete, aún el plástico brilla. Tan nuevo, que me da pena usarlo. Solo tenía a mano Mass Effect: Andromeda para probarlo y darme cuenta de mi tremenda torpeza, creo que necesitaré semanas para habituarme a mover la cámara con el stick. Mi prioridad era ponerlo a prueba con Dragon Age: Inquisition, que es lo más parecido a mi proyecto en cuanto a manejo de cámara y mecánicas de juego, pero he conseguido dos copias diferentes y ninguna funciona.  Nada, que la suerte dura poco en casa del pobre.
Sin embargo, con pocos minutos de juego ya me voy percatando de que necesito cambiar muchas cosas en la interfaz de mi juego. Todo lo que he hecho es insuficiente. Pero así es el asunto de la programación, a veces hay que tirar mucho trabajo a la basura y empezar de nuevo.
Y lo más doloroso es que quizás, cuando le coja el gusto, ya tendré que devolverlo.

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