¡Ya podemos! pero no podemos

Aunque creo que no fue anunciado oficialmente, ya está confirmado. Desde hoy, los cubanos (que tengan el dinero) podrán alojarse en cualquier hotel. Hasta ayer, los hoteles eran únicamente para turistas extranjeros, los nacionales solo podían alojarse a través de empresas (por ejemplo, cuando viajamos en funciones de trabajo) o como premio a los mejores trabajadores y recién casados.
También tengo entendido que se han liberado los celulares, hasta el viernes pasado también restringidos. O sea, que ya no será necesario un intermediario extranjero que nos compre la línea, o ser un jefe muy importante para que tu empresa te asigne uno. Estas restricciones estaban en vigor desde principios de los 90 (la de los celulares es un poco más reciente) y al igual que muchas otras se proponía evitar la desigualdad social, que a pesar de todo seguía haciéndose patente, pero que propiciaban otras cosas, como por ejemplo una malsana envidia que se ha arraigado profundamente en el pueblo cubano y que queda ilustrada bastante bien en el siguiente chiste:
Tres cubanos se encuentran con un genio en una lámpara que les ofrece concederles un deseo a cada uno. El primero pide:
- ¡Yo quiero un camión bien grande para tirar pasaje y ganar dinero!
- Concedido-dice el genio y el tipo se va de lo más contento con su camión.
El segundo, más modesto, pide:
- Yo quiero que en mi trabajo me den una jaba mensual con una caja de pollo, desodorante, detergente, jabón, aceite y que además me paguen un extra en dólares.
- Concedido-y el segundo se va muy contento a cobrar su extra y coger sus jabas.
Viene el tercero y le dice al genio:
- ¿Te acuerdas del camión del primero? ¿Te acuerdas de la jaba del segundo?
- Sí, ¿tú quieres un camión y una jaba para ti?-pregunta el genio
- No, yo quiero que se los quites.

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