Ultimamente he comprado varios libros en las librerías que ahora están acumulando polvo, incluso uno de ellos no sé a donde ha ido a parar. Y no son malos libros, de hecho dos de ellos son recopilaciones de clásicos. El problema es que mis tiempos de lectura han cambiado. Antes leía en casa por las noches. Ahora leo fuera de la casa, siempre que tengo momentos libres, gracias a la Palm, que cabe en un bolsillo y además tiene un catálogo muy superior al que pueden suministrar las librerías acá.
Y es una pena, porque no es lo mismo que leer en papel, aunque el placer es el mismo. Supongo que al final eso es lo que cuenta.
Y es una pena, porque no es lo mismo que leer en papel, aunque el placer es el mismo. Supongo que al final eso es lo que cuenta.
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