No sé por qué aún me sorprenden las cosas de Microsoft, luego de 20 años de lidiar con sistemas Windows. Quizás sea por su creatividad para producir las estupideces más ilógicas en el campo de los sistemas operativos, digna de mejores empeños.
Hace poco tuve una desagradable experiencia cuando el instalador de Windows y luego el Administrador de Discos destruyeron mis partitiones Linux sin preguntar (ni siquiera las veían). Y ayer, me vi otra vez enfrentado a un problema clásico: el framework .NET 3.5 era imprescindible para instalar algo. Los que usen Windows 8 y 10 seguro han visto esto: el sistema incluye el .NET 4, sin embargo, las aplicaciones que requieren el 3 no funcionan con ese. La solución oficial de Microsoft es que lo instales a través de Windows Update, ni siquiera dan un instalador offline, porque el que dan hace lo mismo: descargar el framework de Windows Update. Esto no es un problema si tienes internet sin limitaciones, pero si estás desconectado o en una red que deniega el acceso a WU, agradecerías tener a mano un instalador offline.
Y he aquí que ayer, luego de buscar una solución a este problema sin esperanzas de encontrar nada (ya había pasado por esto antes), resulta que me entero de algo genial: el instalador del .NET 3.5 está incluido en el DVD de Windows 8/10. O sea, que Windows Update no es necesario.
Hay que ser muy imbécil, digo yo, para mandarte a descargar de internet algo que puedes sacar del DVD de tu sistema operativo. Pero es Microsoft, y les diría que no se asombren, pero sé que seguiremos asombrándonos con otras tonterías como esta. Por lo menos tengo el consuelo de que el problema era fácilmente soluble, gracias a esta herramienta.
Hace poco tuve una desagradable experiencia cuando el instalador de Windows y luego el Administrador de Discos destruyeron mis partitiones Linux sin preguntar (ni siquiera las veían). Y ayer, me vi otra vez enfrentado a un problema clásico: el framework .NET 3.5 era imprescindible para instalar algo. Los que usen Windows 8 y 10 seguro han visto esto: el sistema incluye el .NET 4, sin embargo, las aplicaciones que requieren el 3 no funcionan con ese. La solución oficial de Microsoft es que lo instales a través de Windows Update, ni siquiera dan un instalador offline, porque el que dan hace lo mismo: descargar el framework de Windows Update. Esto no es un problema si tienes internet sin limitaciones, pero si estás desconectado o en una red que deniega el acceso a WU, agradecerías tener a mano un instalador offline.
Y he aquí que ayer, luego de buscar una solución a este problema sin esperanzas de encontrar nada (ya había pasado por esto antes), resulta que me entero de algo genial: el instalador del .NET 3.5 está incluido en el DVD de Windows 8/10. O sea, que Windows Update no es necesario.
Hay que ser muy imbécil, digo yo, para mandarte a descargar de internet algo que puedes sacar del DVD de tu sistema operativo. Pero es Microsoft, y les diría que no se asombren, pero sé que seguiremos asombrándonos con otras tonterías como esta. Por lo menos tengo el consuelo de que el problema era fácilmente soluble, gracias a esta herramienta.
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