Sobreviviendo otro huracán

Que no será el último, seguramente. Esta vez, como la anterior, Santiago de Cuba escapó a los peores efectos del ciclón Irma, un categoría 5 con vientos de 280 km/h. Ni siquiera la lluvia fue particularmente intensa y no ha marcado una diferencia para los embalses de la región, casi vacíos.  Sin embargo, el centro del país sí fue golpeado con severidad.
Así vivimos acá, esquivando huracanes de año en año, sabiendo que algún día nos tocará el número ganador en esta lotería. Y en Santiago además, tenemos el exclusivo privilegio de padecer también temblores, con probabilidades de sufrir uno destructivo de verdad en algún momento.
De momento, solo queda esprar que la temporada ciclónica actual termine sin que nada suceda y nos llegue la breve tregua hasta el año próximo.

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