Volviendo a escribir cuentos

O mejor dicho, terminando un cuento. La verdad, no esperaba escribir más cuentos, porque creo que se me dan fatal, pero una amiga escuchó una idea que tenía abandonada y me animó a concluirla. El resultado lo analizamos ayer en el taller literario y el consenso general es que funciona bastante bien.
Aún me queda pulir y mejorar, porque lo que revisamos fue una versión preliminar terminada en media hora. El cuento es un engendro diabólico, mitad fantasía y mitad ciencia ficción, porque se desarrolla en dos mundos diferentes.
Como decía, la idea surgió hace varios años, pero la dejé inconclusa, y luego de mis malas experiencias con mis cuentos en el taller literario Espacio Abierto, decidí no incursionar mucho en los relatos. El año pasado lo intenté, para presentarme a dos concursos, pero como no obtuve nada, descarté definitivamente escribir historias cortas.
Sin embargo, algunos colegas acá han revisado mis trabajos y creen que no están tan malos, incluso hasta he valorado la idea de presentar un cuaderno con mis cuentos a alguna editorial regional. Ya veremos si consigo hacer realidad la idea, porque no está de más tener más publicaciones en el currículum.
En mi opinión, el gran problema de los cuentos es que si no eres un autor consagrado, es muy difícil sacarles dinero o conseguir reconocimiento. Cuando publicas en una antología no siempre se remunera al autor y tu nombre se pierde entre otros muchos integrantes. Para lograr ambas cosas hay que completar una docena o más para llenar un libro, lo cual no es difícil para algunos autores, pero no muy factible para mí, que por lo general estoy ocupado escribiendo novelas largas.
En fin, que tendré que revisar todas esas ideas inconclusas que tengo abandonadas, a ver cuál me sirve para completar mi colección de relatos.

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