¡Volvemos con las reseñas de pelis! Yo hago el sacrificio de verlas para que ustedes se ahorren el mal rato. Hoy hablaré de La Guerra del Mañana. Es una jodienda cuando sabes lo que va a suceder antes de que suceda, pero ahí está lo malo de ser escritor. Que te imaginas la peli como si la hubieses escrito tú, pero peor, que ya es mucho decir. En concreto, de esta ya desde el trailer me suponía cosas, como les cuento más adelante.
El filme nos narra una invasión alienígena en el futuro, que está a punto de borrar a la humanidad, así que la solución es volver al pasado a reclutar más soldados que vayan al futuro a que los invasores espinas blancas los usen de alfileteros. Como solo el 50% de los soldados son aptos para saltar, hay que rellenar con civiles. Los criterios de selección no quedan muy claros, salvo que son gente que está a pocos meses o años de palmarla. Aparte de eso, se dedican a sus familias, sus vidas, o lo que sea. Vamos, que no están haciendo nada útil, por lo que no hay problema si los mandamos a la guerra durante una semana, a que maten al 70% de ellos y el resto quede mutilado.
Así que a nuestro protagonista le toca dejar a su esposa e hija para ir a salvar el futuro. El tío ha sido soldado, pero es también medio científico, aunque no consigue trabajo como tal y tiene que conformarse con dar clases. Su hija va por el mismo camino, el de ser científica, digo. Completamos el cuadro con un padre veterano de Viet Nam que abandonó la familia al volver de la guerra y ya tenemos un personaje con profundidad, como dictan los manuales de escritura.
En fin, que nuestro prota se va y ya me venía oliendo yo desde el trailer que iba a encontrarse con su hija ya mayor, y así fue. Qué puedo decirles, soy una especie de Nostradamus. La hija es una investigadora de alto rango entre los pocos supervivientes que quedan, y está organizando una misión para capturar a una de las hembras de los invasores y desarrollar una toxina que la mate. Por supuesto, en la misión de captura la diñan unos cuantos y luego de escapar por los pelos, es un buen momento para una charla entre padre e hija que les ahorraré, por no aportarle nada a la historia salvo un poco más de confusión y unos minutos que pudieran haberse invertido en algo más interesante. Como otra batalla, por ejemplo.
Para no divagar mucho, la chica lista acaba por descubrir la toxina y le pide a su padre que vuelva al pasado, donde existe la capacidad industrial para fabricarla masivamente. En ese momento, el último reducto de la humanidad es atacado por cientos de miles de espinas blancas. Si podían hacerlo, ¿por qué no lo intentaron antes? Quizás les daba pereza. La hembra cautiva se libera, y como no puede ser de otra forma, matan a la hija del protagonista, que en el último segundo se salva, al ser retornado en el tiempo cuando expira su período de servicio.
Y aquí viene lo bueno. Nuestro héroe intenta detener la invasión antes de que empiece, usando la toxina creada por su hija en el futuro. Para ello, localiza el punto de orige de la invasión, en un glaciar ruso, y con ayuda de su padre y otros soldados, va para allá. Sin el más mínimo apoyo del gobierno, oiga, porque ¿quién va a estar interesado en salvar el futuro al costo de un miserable avión y un equipo SEAL cuando el presente está tan jodido? Supongo que se preguntarán, ¿y la paradoja temporal que causaría eso? Si detienes la invasión, no hay razón para que se cree la toxina en el futuro. Pues la solución a tal paradoja es simplemente hacer como que no existe y ya. O creernos que aunque haya una línea temporal donde la humanidad fue aniquilada, en esta otra podremos tener un final feliz.
Los espinas blancas han llegado en una nave que está enterrada en el hielo, que en unos 30 años se derratirá, dejándolos libres. Al parecer, son una especie de arma de los verdaderos tripulantes de esa nave y están guardados en unos capullos. Como no puede ser de otra forma, varios de ellos escapan, incluyendo a una hembra que casualmente, se parece mucho a la que vimos anteriormente en el futuro (o debería decir que veremos despuésmente). Viene a continuación una pelea mano a mano, o mano a garra/tentáculo lanzaespinas entre el padre, el prota y la hembra. Durante la misma, nuestro héroe le inyecta la toxina en una pata, que empieza a descomponerse y se cae a pedazos. Tal como me esperaba, la espina blanca se arranca la pata de una mordida, para evitar envenenarse, así que hay que seguir la pelea, hasta que el protagonista logra meterle otro tubo de toxina por el gaznate y empujarla por un precipicio que estaba por allí cerca. Siempre debes pelear cerca de un precipicio, porque puedes empujar al malo mientras dices alguna frase impactante.
En fin, que en esta peli el guionista se ha pasado la lógica de los viajes en el tiempo por el forro de los cojones, aunque para otras cosas ha respetado el manual. Si desconectamos el cerebro y disfrutamos solo de las peleas con los bichos alienígenas la cosa no está tan jodida.
Puntos fuertes: Hay peleas y aliens tronchando terrícolas, algo que es divertido de ver (hasta que ocurra en la realidad y entonces no será tan divertido).
Puntos débiles: Paradojas temporales tan grandes como las de Avengers Endgame, no hay suficientes peleas con aliens.
Les recuerdo que sin no han comprado todavía mi remake de El Laberinto del Saber, pueden hacrelo aquí en Apklis. Por favor, no se demoren, que necesito comprar un yate nuevo.
Sigue así, me gusta tu estilo "Honest Trailer" a lo cubano
ResponderEliminarGracias por sacrificarte por nosotros, esta también te quedó genial.
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